Un adiós no basta
un adiós quizás olvida
un adiós que deja
suelta y llora, pero no de alegría.
Aprieta con todas sus fuerzas
porque aquello que piensa
ya se ha marchado,
forma parte de un pasado sobre el que echar cuentas.
Un adiós llora como un niño
que tras vivir mas de ocho
y nueve décadas
no ha aprendido a soltar,
nunca lo hará.
Un adiós te quiere y recuerda
porque no puede olvidar.
Un adiós que tiene miedo
que reza
y el eco de su llanto
como respuesta
sólo podrá escuchar.
Un adiós quizás se acostumbra
no a la vida
sino al hueco que esta deja al marchar,
deja hendida el alma
frío el silencio
y vacío el hogar.
Un adiós te quiere
y lo repite lento
desde dentro pesa al salir
tira hacia abajo y dá vértigo pensar
un adiós empieza a echar de menos
sin querer soltar
mientras,
lejos
otro adiós llora porque el mismo vacío
no consigue llenar.
Otro adiós conduce lejos,
emprende otro viaje
aunque del todo no pueda marchar.
Otro adiós sonríe
porque recuerda y ama lo bello y bonito
este adiós vive y deja marchar en paz.
Un útlimo adiós llora
porque no quiere ser el último
porque mientras llora, recuerda
mientras recuerda, ama
y así no deja escapar.
17/11/2022